Santos Turza, emblema absoluto del Instituto Atlético Central Córdoba, falleció en las últimas horas, dejando una huella imborrable en el corazón de La Gloria. Con más de cinco décadas al servicio del club, Turza fue mucho más que un formador: fue el alma de La Agustina, el centro de desarrollo juvenil que tantos talentos vio nacer bajo su mirada atenta.
El ojo que todo lo veía
Desde 1972, Turza trabajó incansablemente en las divisiones inferiores de Instituto. Recomendado por un profesor vecino de Alta Córdoba, llegó al club sin imaginar que se convertiría en una verdadera leyenda. Su pasión por descubrir promesas lo llevó a detectar figuras como Paulo Dybala, Oscar Dertycia, Ramón “Wanchope” Ábila, Ernesto Corti, Diego Klimowicz, Silvio Romero y Juan Carlos Menseguez, entre muchos otros.
Un símbolo eterno de La Gloria
Dueño de una vidriería en Fragueiro y Góngora, muchas veces prefería cerrar su negocio para asistir a los entrenamientos en La Agustina. Su histórica rivalidad con René Gorreta, el captador de Racing de Nueva Italia, era ya parte del folklore del fútbol cordobés.
"Fue nuestro papá futbolístico en las Divisiones Inferiores. Lo recordaré de la mejor manera", expresó emocionado Oscar “Cocayo” Dertycia al enterarse de su fallecimiento.
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